Bifo (Franco Berardi) - El comunismo ha vuelto, pero deberíamos llamarlo terapia de singularización

Londres, Febrero 2009

Traducción: Grupomartes

1- No una crisis, sino el colapso.

Economistas y políticos la llaman crisis y esperan que evolucione como las tantas crisis que conmocionaron la economía durante el siglo pasado y que finalizaron dejando fortalecido al capitalismo. Pero pienso que esta vez es diferente. Esta no es una crisis, sino el colapso final de un sistema que duró 500 años. No es una crisis sino el signo de la incompatibilidad entre la potencia de las fuerzas productivas (red global, trabajo cognitivo inmaterial) y el paradigma capitalista.

Miramos el panorama: las grandes potencias del mundo están tratando de salvar las instituciones financieras, pero el colapso financiero ya ha golpeado el sistema industrial, la demanda esta cayendo, millones de puestos de trabajo desaparecen. Para salvar a los bancos, el estado está forzado a tomar dinero de los contribuyentes del mañana, y esto significa que en los próximos años la demanda está destinada a caer aún más.

En un artículo publicado por el International Herald Tribune, David Brooks escribe: «Estoy preocupado porque estamos operando en condiciones que van más allá de nuestro conocimiento económico». Este es el punto: la complejidad de la economía global está más allá de todo conocimiento económico y de gobernabilidad. La economía moderna funcionó hasta ahora como técnica de producción de la escasez y de organización de la explotación del trabajo. Pero ahora esta técnica ya no puede organizar la complejidad y la riqueza infinita de las fuerzas productivas en la época de las tecnologías de la información y del capitalismo cognitivo. Y la forma de conocimiento que ha sido definida como económica en la época moderna no está a la altura de capturar la complejidad de una producción que ha implicado el alma, el lenguaje, el afecto. Siempre y cuando permanezca incapaz de autonomía de los criterios de la economía, la política no podrá tener control sobre las dinámicas sociales que el colapso financiero del 2008 ha puesto en marcha.

Presentando el plan de rescate del presidente Obama, el 10 de febrero de 2009, Timothy Geithner, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, dijo: «Quiero ser franco. Esta abarcativa estrategia costará dinero, involucrará riesgo y llevará tiempo. Tendremos que adaptarla a medida que cambien las condiciones. Tendremos que probar cosas que nunca antes hemos probado. Cometeremos errores. Atravesaremos períodos en los cuales las cosas empeorarán y el progreso será improbable o interrumpido». Estas palabras testimonian la honestidad intelectual de Geithner (piensen que diferencia respecto de la arrogancia intelectual del clan bushista). Pero al mismo tiempo demuestran una crisis de la confianza en los instrumentos de comprensión de la política y de la economía.

El conocimiento político que hemos heredado de la Filosofía Racionalista Moderna es hoy inútil. El Caos (como un grado de complejidad que está más allá de la habilidad del entendimiento humano) es el nuevo rey del mundo. Los problemas derivados de la depresión que el mundo está enfrentando en estos días no pueden ser resueltos por la vía de la adaptación y racionalización de la Economía. El paradigma capitalista no puede seguir siendo la regla universal de la actividad humana.

Enfrentémoslo, la historia del capitalismo moderno se ha terminado. ¿Y ahora, qué?

2- Economía criminal

Demos una mirada retrospectiva al ascenso y caída de la economía Neoliberal, la economía de la ley del más fuerte. Hay dos caras en la economía posmoderna de los últimos 30 años: una cara puede ser etiquetada «Economía-Red», la otra «Capitalismo criminal». La economía red esta basada en la colaboración y en compartir, en la creación de nuevos métodos de gestión de la actividad social. La economía red desafía el principio de propiedad que ha regido la sociedad capitalista Moderna.

Con el fin de reafirmar y reimponer la ley de la propiedad, el capitalismo abandonó toda regla legal en persecución de la ganancia y usó la guerra como forma suprema de la competencia. La política criminal ha llevado a la economía global al enredo presente, pero los criminales continuan en el poder en cada país, aún cuando han fallado en gobernar la caótica realidad creada por la desregulación. La ideología Neo-liberal ha fallado, pero aquellos que han estado prosperando en la sombra de este engaño Neo-liberal, se aferran a su poder y se preparan para el enfrentamiento final.

En el fondo crece la potencia autónoma del general intellect respecto de la clase dirigente criminal que ha entrado en bancarrota.

La victoria de OBAMA en EEUU podría ser el comienzo de un período en la evolución de la humanidad. Este evento ha inyectado nueva esperanza en el pacífico ejército del intelecto general en todo el mundo. El nuevo presidente fue votado por el trabajo cognitivo y su victoria es la derrota de la clase criminal representada por Cheney-Bush. Pero esta victoria marca solo el comienzo de la lucha, que será la lucha de la fuerza intelectual contra la fuerza bruta de la ignorancia, la violencia y la ganancia.

¿Podemos describir esta lucha entre inteligencia colectiva y dogmatismo neoliberal en los viejos términos de la lucha de clases? Sí y no.

Sí, porque efectivamente el trabajo intelectual en red (que podemos llamar cognitariado) es la principal fuerza productiva de este tiempo en términos de valorización y en términos de utilidad social.

No, porque la complejidad del panorama social ha crecido hasta un punto en que no puede reducirse ya a la oposición lineal de un frente social en contra de otro.

La clase criminal está compuesta por aventureros de las finanzas, gerentes de grandes corporaciones y por una lumpen-burguesía de tipo mafioso, pero también por vastos estratos sociales de la población que son incapaces de hacer frente a las consecuencias de la crisis.

La disociación entre propiedad y gestión, y la financiarización del proceso de acumulación vuelven imposible la individuación de una contraparte social. La propiedad ha sido pulverizada, y la gestión despersonalizada. La clase criminal ha tomado el poder en dos movimientos: primero con la Declaración Neoliberal de primacía de la competencia por sobre toda regla ética, política o legal. Segundo, a través de la ocupación del sistema de producción de la mente colectiva: el sistema de los medios de comunicación. Fabricando expectativas sociales y la imaginación colectiva, el sistema mediático ha expropiado a la clase cognitiva productiva, y sometió a los explotados a los malos sueños de los explotadores.

La ocupación privada del espacio social de la comunicación (publicidad, televisión) ha producido el efecto distorsionado de una identificación alienada, privatización de la vida, necesidad y consumo. La necesidad no es un impulso natural, sino el producto de la acción cultural de modelar la imaginación social y la sensibilidad, monopolizada por la corporación del sistema de los medios. Los explotados, trabajadores, consumidores, han sido empujados a verse a través de los ojos de los propietarios del Mediascape. La privatización de la vida ha pulverizado la solidaridad social, y ha forzado a cada persona a pensar aisladamente sobre sus propias necesidades.

La privatización de la movilidad es el mejor ejemplo de esta distorsión de la esfera pública. Un objeto irracional, contaminante, pesado y torpe, el auto privado (tres toneladas de hierro para el desplazamiento de un cuerpo que pesa solo 80 kilogramos) ha sido el objeto central de la producción industrial en el siglo XX.

¿Por qué los autos tienen que ser privados? Podrían ser objetos públicos que cada persona podría tomar y usar por el tiempo que lo necesite, y después dejarlo abierto en la calle, listo para el transporte de cualquier otra persona. Podrían ser sustituídos por sistemas de transporte públicos mucho más confortables. ¿Por qué el sistema público de transporte ha sido saboteado por la clase dirigente, durante las últimas décadas? Sabemos muy bien por qué. La economía capitalista crea escasez en el dominio del transporte como en todo otro dominio. La creación de escasez es la premisa de la acumulación, hecha posible por la privatización de la necesidad. La necesidad no es un impulso natural, sino el producto de una acción cultural que modela la imaginación social y la sensibilidad.

Durante los ´90 el aumento de la producción en red y la difusión de la cybercultura libertaria, abrieron el camino a la alianza entre el capitalismo financiero y el trabajo cognitivo. Bajo la bandera del puntocom, jóvenes intelectuales y científicos pudieron encontrar medios para crear sus propias empresas, con lo cual un proceso de redistribución de ingresos se volvió posible. Pero esta alianza se rompió cuando la clase criminal tomó el control de la potencia tecnológica para someterla a la guerra. La experiencia puntocom fue capturada por la ilusión neoliberal, y en la primera década del nuevo siglo el trabajo intelectual fue precarizado y forzado a aceptar toda clase de condición económica. La destrucción del general intellect fue perseguida por las fuerzas de la reacción neoliberal: el conocimiento fue fragmentado, el ingreso reducido, y la explotación y el stress han aumentado y aumentado.

El derrumbe de las acciones del puntocom y el 9/11 marcaron el sometimiento de las experiencias ligadas a la tecnología de avanzada, pervirtiendo la potencia de la tecnología y del conocimiento, provocando innumerables victimas, y encendiendo odio en todo el mundo. La producción masiva de miedo, fanatismo e ignorancia no fueron suficientes para forzar a los occidentales a aceptar la guerra. Los ciudadanos occidentales fueron invitados por el presidente Bush a salir y comprar. Shopping contra el Terror, Shopping contra la depresión psíquica. Pero este acceso masivo al consumo ha sido financiado por una Deuda ilimitada. La población euroamericana ha sido sistemáticamente empujada a comprar enormes cantidades de cosas inútiles, mentalmente intoxicada por la publicidad y forzada a identificar la felicidad con el consumo y al bienestar con el número de pertenencias.

La privatización de la necesidad y la reducción del bienestar a la adquisición han destruido todo sentido de dignidad y amor propio. El tiempo social de atención fue ocupado por el flujo del trabajo informático y la publicidad. El lenguaje ha sido absorbido por el trabajo y despojado del afecto. El amor, la ternura, el sexo, los afectos, y el cuidado de otros han sido transformados en una mercancía. Cada persona se ha vuelto dueña de muchas tarjetas de crédito, máquina de comprar, obligada a trabajar más y más con el objeto de pagar una deuda en constante crecimiento. La deuda se convirtió en una cadena universal, y así fueron creadas las condiciones perfectas para un colapso universal. Finalmente, el colapso sucedió.

No habrá recuperación alguna, el crecimiento nunca va a volver, no solo porque la gente no podrá volver a pagar la Deuda acumulada durante las últimas tres décadas, sino también porque los recursos físicos del planeta están cerca de extinguirse, y los recursos nerviosos de los cerebros sociales están cerca de colapsar ¿Entonces que sigue?

  1. Protesta ética y guerra

A fines de los ´90, cuando el proceso de globalización parecía imparable, su potencial de devastación bien escondido en las palabras de los gurúes neoliberales, y cuando la filosofía de la privatización no podía criticarse, un movimiento de protesta ética emergió desde las filas del trabajo cognitivo y desde las filas de los trabajadores que se estaban volviendo conscientes de los peligros de la desregulación. Muy al final del siglo capitalista, en el extremo oeste del oeste, en la ciudad de Seattle, cientos de miles de personas se congregaron y marcharon para parar la cumbre del OMC (Organización Mundial de Comercio) y protestar en contra de los efectos de la explotación global.

Era el comienzo de la época de las Demostraciones Éticas. De Seattle a Génova, de Praga a Bologna, a Cancún, multitudes de trabajadores precarios y cognitivos marcharon juntos. Ellos eran la Conciencia Ética del mundo, y por supuesto se encontraron con la agresión policial bajo la instigación de la clase criminal. Algunos fueron asesinados y muchos fueron arrestados porque estaban diciendo la verdad. Ellos estaban intentando advertir a toda la población de la Tierra que un gran peligro estaba a la vista. Ahora sabemos que estaban en lo cierto. Los manifestantes anti-globalización nos estaban advirtiendo de la llegada de una catástrofe, y ahora esa catástrofe esta aquí.

Los demostradores éticos fueron derrotados después de la marcha mundial en contra de la guerra el 15 de febrero de 2003. Cien millones de personas marcharon ese día contra la guerra en Irak. El Presidente Bush respondió que él no necesitaba el consejo de la gente, y empezó la guerra. La clase criminal de la ignorancia venció al movimiento del Intelecto General. Es por eso que ahora el mundo está colapsando.

Después de eso, la violencia se opuso a la violencia y los fanáticos lucharon en contra de los fanáticos. De Afganistán a Irak, de Pakistán a Irán y a Georgia, el ejército de los Estados Unidos fue derrotado en todos lados, y aislado. Y al final, el colapso financiero actual está relacionado con esta derrota geopolítica. Mientras el período de las demostraciones éticas se desvanecía, un nuevo ciclo de insurrección estalló en alguna parte de Occidente. Las revueltas en el Banlieux de París en noviembre de 2005, la insurrección de los maestros en Oaxaca en 2006, la explosión de una rebelión general en Grecia en diciembre de 2008, han sido los precursores de una ola de insurrección que golpeará en muchas partes del mundo en los próximos años, mientras la recesión devastará la vida social.

Los levantamientos aislados van a ocupar un lugar los próximos años, pero no deberíamos esperar demasiado de ellos. Van a ser incapaces de tocar los verdaderos centros de poder a causa de la militarización del espacio metropolitano, y no serán capaces de obtener muchos resultados en términos de riqueza material o poder político. Hasta tanto la larga ola de manifestaciones morales anti-globalización no pueda destruir el Poder Neoliberal, estos levantamientos no van a poder encontrar una solución, a menos que una nueva conciencia y una nueva sensibilidad emerjan y se difundan cambiando la vida cotidiana y creando Zonas Autónomas NO Temporales arraigadas en la cultura y en la conciencia de la red global.

Catátrofe significa, en griego, un cambio de posición que permite al observador ver cosas que antes no podía ver. La catástrofe abre nuevos espacios de visibilidad y de posibilidad, pero implica también un cambio de paradigma. El pleno empleo se terminó. El mundo no necesita tanto trabajo ni tanta explotación. Es necesaria una reducción radical del tiempo de trabajo. La renta ciudadana tendrá que ser afirmada como un derecho de la vida, independientemente del empleo y de la prestación de tiempo de trabajo. Competencia, conocimiento y habilidades tienen que ser separados del contexto económico del valor de cambio, y repensarlos en términos de actividad social libre. Las zonas autónomas NO temporales organizarán la actividad social en forma de ayuda colectiva recíproca.

  1. La deuda

No deberíamos considerar la recesión actual como un fenómeno económico, sino verla como un momento antropológico crucial, que va a cambiar la distribución de los recursos mundiales y el poder mundial. Europa está condenada a perder su privilegio económico, ya que 500 años de colonialismo están finalizando. La Deuda que los bancos acumularon no es sólo económica sino también moral: la deuda de la opresión, de la violencia y del genocidio debe ser pagada ahora, y esto no va a ser fácil. Una gran parte de la población europea no esta preparada para aceptar la redistribución de la riqueza que la reseción impone. Europa, atormentada por las olas de inmigración, deberá enfrentar una amenaza creciente de racismo. La guerra civil interétnica va a ser difícil de evitar.

En los Estados Unidos, la victoria de Barak Obama marca el comienzo del fin de la dominación blanca que fue la premisa del sistema capitalista moderno. Una ola de renacimiento indígena no identitaria está creciendo, especialmente en América Latina. La lucha entre el trabajo y el capital ha alcanzado una nueva fase, la cual podría tener consecuencias imprevisibles. No podemos saber qué intenta hacer realmente la nueva Administración Americana. Como dice Tim Geithner, la Administración Omaba está procediendo por ensayo y error. Este es el significado del concepto de pragmatismo post-partidario: las viejas soluciones ideológicas que funcionaron en el siglo XX dejaron de funcionar. Tanto el liberalismo como el socialismo parecen hoy alejados de la realidad, son ineficaces. La clase dirigente y los economistas proponen viejos métodos para enfrentar la recesión, usan mapas viejos para un nuevo territorio. Todo el mundo dice «el proteccionismo es malo» pero de hecho cada Estado está protegiendo su economía nacional. Los Neoliberales dicen que el Estado debería rescatar a los bancos, pagar las deudas y restablecer el crédito, y después dejar que los propietarios privados manejen sus empresas como siempre. Del otro lado, los Socialistas dicen que el Estado debería hacerse cargo de los bancos y nacionalizar las fábricas. Pero ¿qué diferencia generaría esto si las fábricas nacionalizadas van a seguir produciendo las mismas cosas?

La alternativa entre lo público y lo privado es falsa. La solución no está más en el campo de la Economía, sino en el campo de la cultura social. El modelo del Crecimiento ha sido profundamente interiorizado: domina la vida diaria, la percepción, las necesidades y los estilos de consumo. La acción cultural tiene que liberarnos de este modelo.

  1. Comunismo sin «aufhebung»

La privatización de las necesidades básicas (vivienda, transporte, alimentos) y de los servicios sociales está basada en la identificación cultural de la riqueza y el bienestar con la cantidad de propiedad privada de la que se es dueño. En la antropología del capitalismo moderno el bienestar ha sido equiparado con la adquisición, nunca con el placer. En el curso de la confusión social que vamos a atravesar los próximos años, la identificación del bienestar con la propiedad tiene que ser cuestionada. Es una tarea política, pero sobre todo es una tarea cultural, y psicoterapéutica también.

La justificación teórica de la institución de la propiedad privada (en los escritos de John Locke, por ejemplo) está basada en la necesidad de asegurar el placer exclusivo de una cosa que no puede ser compartida: una manzana no puede ser compartida, si me la como yo, vos no podrás comerla. Pero en la era digital el status de los bienes ha cambiado: los bienes inmateriales son cosas semióticas que no se agotan con el uso. Cuando se trata de productos semióticos la propiedad privada se convierte en irrelevante, y de hecho es más y más difícil hacerlos valer. Las campañas en contra de la piratería son paradójicas porque los verdaderos piratas son las corporaciones que tratan desesperadamente de privatizar el producto de la inteligencia colectiva, y tratan artificialmente de imponer impuestos a la comunidad de productores. Los productos de la inteligencia colectiva son inmanentemente comunes porque el conocimiento no puede ser fragmentado ni apropiado en forma privada. Un nuevo tipo de comunismo estaba ya emergiendo de las transformaciones tecnológicas de la Red Digital cuando el colapso de los mercados financieros y de la Ideología Neoliberal expusieron la fragilidad de los fundamentos del hiper-capitalismo. Ahora podemos predecir una nueva ola de trasformaciones que viene del colapso del crecimiento y la deuda, y también del consumo privado.

A causa de tres fuerzas – la puesta en común del conocimiento, la crisis ideológica de la propiedad privada, la necesaria puesta en común de la necesidad – se está abriendo un nuevos horizonte y comienza a emerger un nuevo paisaje. El Comunismo está volviendo.

La vieja cara del Comunismo, basada en la Voluntad y el voluntarismo de la vanguardia, y en las expectativas paranoicas de una Nueva Totalidad fue derrotada al final del siglo XX y nunca resucitará. Ahora está emergiendo una nueva forma del comunismo como forma de la necesidad, un resultado inevitable del tormentoso colapso del sistema capitalista financiarizado. El comunismo del capital es una necesidad bárbara. Tenemos que poner libertad y elección en esta necesidad, tenemos que crear un paradigma que haga de la necesidad del comunismo del capital una elección organizada y conciente.

El comunismo está de vuelta, pero deberíamos llamarlo de un modo diferente porque la memoria histórica identificó esta forma particular de organización social con la tiranía política de una Religión. El comunismo histórico del siglo XX estaba basado en la idea de la Primacía de la Totalidad por sobre la Singularidad. Pero el marco dialéctico que definía al movimiento comunista del siglo XX ha sido completamente abandonado y nunca nadie podrá resucitarlo otra vez.

La visión hegeliana jugó un rol muy importante en la formación de ese tipo de creencia religiosa que fue denominada «historicismo». El Aufhebung (abolición de lo real y realización de la Idea) es el trasfondo paranoide de la antigua conceptualización del comunismo. Dentro de ese marco dialéctico el Comunismo era visto como una totalidad universal que se esperaba aboliera y sucediera a la totalidad abarcativa capitalista. El sujeto (la voluntad y la acción de la clase trabajadora) era visto como el instrumento para la abolición de lo viejo y la instauración de lo Nuevo.

  1. Singularidades

Siendo la clase trabajadora industrial externa al proceso de producción de conceptos, solo podría identificarse con la mitología de la abolición y de la totalización, pero el intelecto general no razona en términos de totalidad, sino en términos de globalidad y singularización. El intelecto general es como el pez de Iggy Pop: «El pez es inexpresividad muda, porque el pez sabe. Todo».

El intelecto general no necesita un sujeto expresivo, como lo fue el Partido Leninista en el siglo XX. La expresión política del Intelecto General es una con su acción de conocer, crear y producir signos. Hemos abandonado el terreno de la Dialéctica en favor de los terrenos plurales de la dinámica de singularización y de la co-evolución de múltiples niveles de singularidades. El capitalismo está terminado pero no va a desaparecer. La creación de las Zonas Autónomas No Temporales no producirá ninguna totalización. No seremos testigos de un evento catártico de Revolución, no vamos a ver el quiebre repentino del poder del Estado.

Después de abandonar el campo de la Dialéctica de abolición y totalización, estamos ahora tratando de construir una Teoría de las Dinámicas de recombinación y singularización, un concepto que es claramente dibujado desde los trabajos de Felix Guattari, particularmente de su último libro, Caósmosis. Por singularidad me refiero a un agente afectivo y semiótico que no sigue ninguna regla de conformidad y repetición, y que no está enmarcada en ninguna necesidad histórica. Singularidad es un proceso no necesario, porque no está ni lógica ni materialmente implicado en la consecuencialidad de la historia. Singularidad no significa «individualidad»: se pueden tener singularidades colectivas.

Durante los próximos meses y años no tendremos un proceso de liberación general, un evento catártico de revolución, no veremos la repentina crisis del poder del Estado. Veremos una suerte de revolución sin sujeto, veremos una proliferación de las singularidades. El poder de los estados modernos está quizás destinado a sobrevivir y arrastrarse en una condición de creciente impotencia y corrupción mientras la sociedad creará sus propias instituciones. Los estados están volviéndose esencialmente una máquina militar de control y represión. Incapaz de gobernar realmente una sociedad que está amenazada por los efectos del colapso económico, la máquina del Estado reaccionará como máquina de guerra. La democracia no se destruye por los cambios constitucionales, sino por la corrupción de sus fundamentos culturales, por la instauración del poder totalitario mediático, por la imposibilidad de gobernar racionalmente el Estar Juntos Caótico.

Abandonar la totalidad, hacer proliferar singularidades, esta es la vía de la democracia post-capitalista.

  1. Infinito proceso de terapia

Más que un veloz cambio en el terreno social, debemos esperar una lenta aparición de nuevas tendencias: comunidades abandonando el campo de la economía dominante que colapsa, más y más individuos renunciando a su búsqueda de trabajo y creando sus propias redes autónomas de actividad.

El desmantelamiento de la industria es imparable por la simple razón de que la vida social no necesita más al trabajo industrial. El mito del crecimiento va a ser abandonado y la gente va a buscar nuevos formas de distribuir las riquezas. Las comunidades singulares van a transformar la mismísima percepción del bienestar y de la riqueza en el sentido de frugalidad y libertad del tiempo. La revolución cultural que necesitamos en esta transición conduce desde la percepción de la riqueza como propiedad privada de una creciente cantidad de cosas que no podemos disfrutar porque estamos muy ocupados adquiriendo el dinero necesario para comprar, hasta la percepción de la riqueza como el disfrute de una cantidad esencial de cosas que serán más utiles y abundantes en tanto podemos compartirlos con otras personas.

La desprivatización de los servicios y de los bienes va a ser posible por esta tan necesaria revolución cultural. Esto no sucederá de una manera uniforme y planeada, esto más bien será el efecto de la sustracción de singularidades individuales y comunitarias, y el resultado de la creación de una economía del uso compartido de los bienes y servicios comunes y la liberación del tiempo para la cultura, el placer y el afecto. Mientras este proceso se expande a los márgenes de la sociedad, la clase criminal se agarra de su poder y crea una legislación cada vez más represiva, generando un clima social de agresión y desesperación. La guerra civil interétnica se va a esparcir por toda Europa, destrozando el tejido de la vida social.

La proliferación de las singularidades (la sustracción y la construcción de zonas autónomas no temporales) será un proceso pacifico, pero la mayoría conformista va a reaccionar violentamente, y esto ya está sucediendo. La mayoría conformista está asustada por la fuga de la energía inteligente y al mismo tiempo está atacando la expresión de la actividad inteligente. La situación puede ser descripta como una pelea entre la ignorancia de masa producida por el Totalitarismo de los Medios y la inteligencia del Intelecto General.

No podemos predecir cuál será la consecuencia de este proceso. Nuestra tarea es extender y proteger el ámbito de la autonomía, y evitar lo máximo posible todo contacto violento con el campo de la ignorancia agresiva de masa. Esta estrategia de sustracción no confrontativa no siempre será un éxito. A veces la confrontación se tornará inevitable por el racismo y el fascismo. Qué hacer en los casos de conflicto no buscado se deberá decidir caso por caso. Una reacción no violenta es obviamente la mejor opción, pero no siempre será posible. La identificación del bienestar con la propiedad privada está tan profundamente arraigada que la barbarización del medio ambiente humano no puede estar completamente desregulada. Pero la tarea del intelecto general es justamente esto: huir de la paranoia, crear zonas de resistencia humana, experimentar formas autónomas de producción basadas en el uso de alta tecnología con bajo consumo de energía, y al mismo tiempo evitar la confrontación con la clase criminal y la población conformista.

Castoriadis y sus amigos hicieron una revista que se llamaba Socialismo o barbarie, retomando una frase de Rosa de Luxemburgo. Pero en la introducción de Mil Mesetas, Gilles Deleuze y Felix Guattari dicen que es hora de liberarse de la lógica del «o». El pensamiento idealista está obsesionado por la lógica de la disyunción: o… o…o

El pensamiento rizomático, en cambio, escoge la lógica de la conjunción. «Un rizoma no comienza ni termina, está siempre en el medio, entre las cosas, entre-ellas, intermedio. El árbol es filiación, pero el rizoma es alianza. El árbol impone el verbo ser, pero el rizoma tiene como tejido la conjunción «y… y… y». En esta conjunción hay fuerza suficiente para agitar y radicar el verbo ser. Instaurar una lógica del «y», derrocar la ontología, destituir el fundamento, anular fin y comienzo.» (Deleuze-Guattari: Rizoma).

De otro modo que Castoriadis y sus amigos deberemos decir por lo tanto: Socialismo Y Barbarie. El problema es cuán grande será el campo de la barbarie y cuán grande será el de la humanidad. Aquí se coloca nuestra actual tarea política e intelectual. En una carta a Freud, su discípulo Fliess pedía: ¿Maestro, cuando puedo considerar terminado un análisis, cuando puedo considerar curada a la persona que viene al análisis? El viejo Freud, que no era estúpido, le responde que un análisis se puede considerar terminado cuando la persona que está enfrente ha entendido que el análisis es interminable.

La política y la terapia serán una y la misma actividad en el tiempo venidero. La gente se sentirá desahuciada, depresiva y con pánico, porque no pueden relacionarse con la economía post crecimiento, y porque extrañarán la identidad moderna en disolución. Nuestra tarea cultural será atender a esa gente y cuidar de su demencia, mostrándoles el camino a una feliz adaptación. Nuestra tarea será la creación de zonas sociales de resistencia humana que actúan como zonas de contagio terapéutico. El proceso de autonomización no ha sido visto como la Abolición, pero si como Terapia. En este sentido no está totalizado y previsto para destruir y abolir el pasado. Como terapia psicoanalítica es preferible considerarlo como un proceso infinito.